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La lactancia es, por su naturaleza, lo mejor nutrición para tu bebé. Sin embargo, no siempre funciona a la primera para todas las madres, y siempre habrá épocas difíciles. Estamos a tu lado en estos momentos complicados para que tú y tu pequeño podáis seguir disfrutando pronto de muchos más momentos de vínculo e intimidad.
A pesar de que la mayoría de las madres desean dar el pecho, esto no siempre es posible. Puede haber diversos motivos para ello, tales como el estrés, las infecciones mamarias, una baja producción de leche o una succión deficiente del bebé. Hemos reunido varios consejos básicos que pueden ayudarte a prevenir los problemas durante la lactancia.
Si tienes inconvenientes, dirígete donde tu asesora de lactancia, matrona o pediatra. Un buen asesoramiento puede ayudarte a resolver o prevenir problemas.
Por lo general, cuantas más tomas des a tu bebé, más estimularás la producción de leche. Si no das las suficientes tomas a tu bebé o este no se engancha bien, ello puede conducir a una producción de leche insuficiente, a una obstrucción de los conductos o incluso a infecciones mamarias. Descubre nuestros consejos para lograr el mejor enganche.
A través de la leche materna transmites a tu bebé gran cantidad de tus propios fluidos y nutrientes. Por tanto, es importante que comas y bebas con frecuencia. Una dieta equilibrada con los nutrientes adecuados es la mejor estrategia para las madres que dan el pecho. Aquí encontrarás consejos de nutrición para la lactancia.
Tras el esfuerzo de dar a luz, muchas madres se sienten agotadas. Uno de los principales motivos es la liberación de hormonas del estrés como son el cortisol y la dopamina, que también inhiben la producción de leche. Para prevenir que esto suceda, deberías regalarte un descanso de vez en cuando y no presionarte demasiado mientras estés dando el pecho.
Cuando comienzas a dar el pecho, la nueva experiencia de que tu recién nacido succione tus pezones, a menudo durante periodos de tiempo prolongados, puede hacer mella en ellos. Para que esto no derive en dolor o incluso grietas y sangrado, asegúrate de aprender las técnicas de lactancia correctas. Sírvete del apoyo de tu matrona o asesora de lactancia. Es importante que no cargues con todo el peso de tu bebé mientras le das el pecho y que en su lugar utilices cojines, toallas enrolladas o mantas para soportar su peso. Tómate todo el tiempo que necesites para encontrar la postura que mejor te funcione, porque con una buena postura de lactancia tienes la mitad de la batalla ganada.
Con el bebé tendido de la manera correcta, es importante que su boca esté muy abierta porque (especialmente al inicio de la lactancia) los tamaños relativos del pezón y la boca del bebé no encajan aún de la mejor manera. Tu matrona puede mostrarte cómo presionar suavemente la mandíbula de tu bebé hacia abajo para que se pueda acoplar bien al pezón. Con las dos o tres primeras succiones de tu bebé, es buena idea que respires profundamente. Contribuye a relajarte y reduce el dolor de las primeras succiones del enganche, que es normal al principio.
Para que no sufra siempre la misma zona del pezón, deberías cambiar tu postura de lactancia con frecuencia. Además, es una buena idea utilizar discos absorbentes reutilizables fabricados en lana, seda, algodón o silicona. Supone un ahorro de dinero y es más ecológico. Las cremas con contenido de lanolina, los discos absorbentes y los discos de hidrogel también pueden ser de gran ayuda. El aspecto positivo de aplicar estos remedios es que no requieren su retirada previa a la toma del bebé, lo que sería contraproducente en lo que se refiere a la salud de tus pezones. Ten cuidado si decides utilizar algún elemento de ayuda al principio, como pezoneras para lactancia, porque a menudo provocan más problemas de los que resuelven.
Afortunadamente, las infecciones mamarias (mastitis) no son muy habituales y no suponen un motivo para interrumpir la lactancia.
Sin embargo, es importante que trates inmediatamente la infección porque a menudo se propagan con rapidez. Ponte cuanto antes en contacto con tu matrona o médico si percibes un dolor intenso y punzante o si notas zonas especialmente calientes y endurecidas del pecho. Rodear el pecho (pero no el pezón) con una compresa fría puede reducir el dolor y la inflamación. Y, por último, ¡mucho reposo!
Tu matrona puede recomendarte más remedios útiles como acupuntura, compresas especiales para el pecho o sustancias homeopáticas que reduzcan la inflamación, además de asesorarte acerca de qué analgésicos son adecuados durante la lactancia. Si tus síntomas no se resuelven en un plazo de 48 horas, deberás consultar con tu ginecólogo, que podrá recetarte antibióticos. No te preocupes: estos medicamentos no harán daño a tu bebé y podrás seguir dándole el pecho como acostumbrabas.
La obstrucción de los conductos galactóferos se produce a menudo al comienzo de la lactancia, cuando empiezas a producir leche madura, pero también pueden darse más adelante, cuando el intervalo entre tomas es demasiado largo o cuando estás llevando un sujetador de una talla incorrecta que comprime los pechos. La leche madura aparece entre el tercer y el quinto día tras el parto. Esto puede hacer que las glándulas mamarias se inflamen y presionen los conductos galactóferos. En consecuencia, es más difícil evacuar la leche y los pechos parecen mucho más grandes, están muy firmes y a veces se notan inusualmente calientes al tacto. Cuando los conductos se obstruyen, debe estimularse el flujo de la leche. La manera más sencilla de hacer esto es darse una ducha caliente. También es útil aplicar sobre el pecho afectado compresas calientes y húmedas donde se apliquen jengibre y lavanda (en forma de aceites esenciales, por ejemplo). Para reducir la inflamación, también deberías enfriar el pecho tras cada toma. En caso de masajear el pecho en dirección al pezón, debe hacerse de manera muy delicada. Masajear con vigor, apretar o comprimir el pecho desemboca en una mayor obstrucción. Ni siquiera se recomienda sacar la leche con frecuencia para aliviar la presión. Es algo que estresa a la madre y a menudo agrava el problema. Es mucho más importante que la madre descanse.
Cuando un bebé tiene dificultades para engancharse al pecho puede ser por numerosas causas y debes averiguar cuál con la ayuda de tu matrona o asesora de lactancia. A menudo se debe a que se han ofrecido al bebé demasiadas opciones de alimentación durante los primeros días y semanas y eso lo confunde. En comparación con un dedo, un chupete o diferentes tetinas de biberón, un pezón es mucho menos atractivo. Si ya se ha alimentado al bebé con biberón o con ayuda de pezoneras para lactancia, este esperará la sensación firme del caucho que un pezón es incapaz de proporcionar. Por ello, te recomendamos que no utilices chupetes ni pezoneras para lactancia. Tampoco tu pareja debería alimentar al bebé con biberones de tu leche durante las primeras ocho semanas. Beber de un biberón conlleva mucho menos esfuerzo, por lo que la lactancia ofrece también una protección natural frente a la sobrealimentación. El recién nacido tiene que esforzarse mucho para obtener su leche del pecho. Tu bebé no solo se duerme por estar saciado, sino también por agotamiento.
Si tienes alguna pregunta relacionada con nuestros productos contacta con nosotros, estaremos encantados de ayudarte y aconsejarte.